Cuando nace un bebé, nace también una madre.
Mediante la observación científica, la Dra. María Montessori logró determinar cuáles son las necesidades auténticas de un bebé recién nacido al igual que las de su madre.

La Sra. Lyda María Franky, directora del proyecto Colegio Bilingüe Montessori en la ciudad de Cali y la Srta. Perla Britez, de origen paraguayo, quien posee conocimiento en brindar apoyo físico y emocional antes, durante y después del parto; buscan poder compartir información para asistir a las familias en su búsqueda de generar un ambiente favorable para el nacimiento y la crianza temprana.
Se encontraron en México para certificarse como “Asistentes a la Infancia” a través de la AMI – Asociación Montessori Internacional; quienes capacitan desde la casa matriz en Holanda, fundada por la Dra. María Montessori en 1929. El IIM – Instituto Internacional Montessori, ubicado en la ciudad de México, cuenta con los entrenadores María Teresa Vidales, Teeany Hurtado y el médico Juan Manuel Mitcher, quienes representan a la AMI en Latinoamérica. La Sra. María Teresa Vidales es una de las fundadoras, que a comienzo de los años 80 fue capacitada por la Pediatra-Psiquiatra Dra. Silvana Quattrochi Montanaro, autora del libro “Un Ser Humano” y pionera en Italia de donde era oriunda la Dra. María Montessori, con quien trabajó muy de cerca.
Actualmente existen centros de capacitación en todo el mundo y un fuerte movimiento de familias, quienes han adoptado la simplicidad y la sencillez cuando se escuchan y respetan los procesos sabios de la naturaleza.
En la conversación sostenida con las educadoras Lyda Franky y Perla Britez, nos sentimos encantados por la oportunidad que ahora tiene Colombia en contar con la información que traen. Aprendieron sobre la importancia de la preparación previa de la madre para la llegada de su criatura. La triada esencial se mueve entre el ambiente externo que se prepara para la llegada del bebé, y la relación simbiótica que madre e hijo necesitan durante las primeras 6-8 semanas después del parto.
Es muy importante regresar al punto de partida, recordar los orígenes y aceptar la existencia de una naturaleza que gobierna y guía todo este mágico proceso de la maternidad y el nacimiento.
Todo empieza desde el momento de la ovulación, cuando éste se prepara para la fecundación. Durante los meses de gestación el proceso se va dando naturalmente en los períodos cigótico, embrionario, fetal y simbiótico. La importancia de reconocer la lactancia materna, como la opción principal, donde la naturaleza da lo que ese organismo vivo que acaba de nacer realmente necesita.
Este es el alimento para el bienestar biológico y psíquico del recién nacido. De manera recíproca la madre también necesita del amamantamiento y la succión, para reorganizar su cuerpo y regresar a su estado normal anterior al embarazo.
Durante este curso, las participantes (Lyda y Perla) aprendieron desde cómo organizar un ambiente en casa para la llegada del infante, hasta volver a preparar el ajuar del recién nacido, teniendo en cuenta las texturas de telas como el algodón y la seda, el respeto y cuidado por la piel del recién nacido a través de la chestina, el topponcino, las camisillas de algodón y seda; aprendieron a recrear la vida de las abuelas para resaltar, en ese pasado, la bienvenida futura del nuevo ser. En el amor y actitud del adulto durante la preparación del ambiente externo se verá reflejada la creación de su ambiente interno que impactará la psiquis del infante.
De igual manera, aprendieron a fabricar móviles que no son comerciales ni se utilizan para decorar las cunas, sino para utilizarlos cuando el bebé esté tranquilo, limpio, alimentado y despierto. Estos móviles y algunos materiales confeccionados en madera para el desarrollo psicosensomotor del infante, se utilizan de manera científica para estimular en el ambiente en casa el desarrollo visual, motor y auditivo del infante durante estos meses de enorme crecimiento, durante el primer año de vida ocurren los procesos cerebrales de mielinización.
Realizaron, además, estudios de medicina básica en las áreas de anatomía, fisiología, obstetricia y ginecología, que dieron la apertura al entendimiento del conocimiento necesario que toda joven pareja e individuo deben tener previamente antes de pensar en la concepción.
Todos estos estudios científicos que llegan ahora a Colombia servirán de apoyo a los pediatras, quienes todavía creen en la sabiduría de la naturaleza, para que sinérgicamente apoyen a las familias a las que acompañan. Los primeros beneficiados serán nuestros bebés y por ende la sociedad. De esta manera sus procesos de mielinización serán optimizados, sus reflejos se convertirán en actos voluntarios hasta que logren en su proceso evolutivo pasar del arrastre al gateo, y de la posición sentada a la erguida para finalmente caminar, sus manitas como extensión de la inteligencia, estarán listas para que caminando salga con alegría, salud física y psíquica, a explorar un agradable mundo que lo espera lleno de magia y sorpresas.
Finalizamos con la cita de la Dra. Montanaro, que dice:
Aún cuando haya que brindar cuidados médicos especiales, éstos pueden ser proporcionados sin ignorar la necesidad de que la madre y el niño sigan estando juntos. Si logramos ayudar a establecer un buen vínculo al principio, entonces todo en la vida de estas dos personas será diferente; suceda lo que suceda, para ella será ‘natural’ tener una relación de amor, cuidado y protección
Dra. Silvana Quattrocchi Montanaro. “Un Ser Humano”. La importancia de los primeros tres años de vida.