El Embrión Psíquico – El Embrión Espiritual

Inspirado en enseñanzas de Chacha Vidales – Entrenadora AMI, Instituto Internacional MontessoriFebrero 07/2020

En conmemoración del natalicio de los 150 años de la Dra. María Montessori y los 30 años de existencia del Colegio Bilingüe Montessori de la ciudad de Cali, hemos preparado esta profunda charla recibida por la entrenadora AMI María Teresa Vidales, llamada “Chacha” en el mundo Montessori de 0 – 3 años: Asistente a la Primera Infancia.

Para hablar del Embrión Psíquico, debemos realizar un recorrido por la concepción, fecundación y gestación de una vida. Se necesita de dos células germinales en un ambiente preparado a nivel intrauterino: la preparación de un óvulo listo a ser fecundado y la llegada de un espermatozoide en el momento preciso y oportuno, para que, con la exactitud de esta unión de dos células, ellas se conviertan en una para iniciar lo que será el inicio de otra vida en la perpetuidad de la raza humana.

El óvulo, fecundado por el espermatozoide, viaja a buscar la pared del útero donde se realizará la implantación. La placenta y el cordón umbilical suministrarán los nutrientes necesarios para que esta vida se desarrolle. Se inicia entonces el proceso de gestación que tiene tres períodos:

En el período cigótico, que va del día 1 al día 12, se da la rápida multiplicación de las células para convertirse en mórula. Todas ellas se unirán para especializarse en los huesos, los músculos, la piel, y los órganos internos del bebé.

Una vez la organización esté dada, se inicia a partir del día 13 el período embrional. Ahora este ser en formación es un embrión. El período embrional es el más delicado y vital, porque el embrión debe ser cuidado para que ningún elemento externo le traiga malformaciones al estar en desarrollo. Este período dura hasta el tercer mes.

Todos los órganos ya formados, continúan creciendo hasta que, al noveno mes, fortaleciéndose y con agrado, trabajan en armonía por el bienestar del bebé. Este es el período fetal. El ser en crecimiento pasó de ser un cigoto a un embrión y ahora es un feto fortaleciéndose en crecimiento.

Todos los órganos buscan su lazo de unión a través del sistema circulatorio y estos a su vez establecen comunicación con el sistema nervioso central. El bebé en su ambiente intrauterino inicia el movimiento, juega con sus manitas y el cordón umbilical, prueba el líquido amniótico, escucha la voz, los latidos del corazón y los gases que transitan por el sistema digestivo de la madre. Distingue entre el día y la noche y puede ver la forma de las flores de la camisa que su madre viste, hacia el final del embarazo. La vida probará si ese feto al nacer podrá respirar, reproducir sus movimientos reflejos y desapegarse del ambiente intrauterino para iniciar su aventura de la vida.

Una vez se inicia la vida en el ambiente extrauterino, nace en ese momento el Embrión Psíquico, quien se convertirá en el Embrión Espiritual para toda una eternidad. Nace “el padre del hombre que llegará a SER”.

Ese embrión físico es dependiente del adulto en un 90%. Nace con movimientos reflejos para la sobrevivencia y con mielina en su cuello y boca para el amamantamiento, pudiendo así vivir al alimentarse, puede deslizar su cuerpo recién nacido para buscar el seno de su madre.

Se necesita entonces de dos células germinales para que se inicie el proceso de concepción y se dé la vida a una nueva célula: el embrión psíquico. Estas nuevas células germinales son la madre y el hijo. Allí se da la segunda fecundación. Ambos necesitan vivir la simbiosis y satisfacerse el uno al otro desde su fisiología y desde su necesidad de amar y sentirse amado. El padre y los hermanos se convierten en barrera protectora para que este proceso sea sagrado y exitoso.

  • Período Cigótico:      Período simbiótico: 1 – 40 días
  • Período Embrional:  El más delicado: 8 semanas – 2,5 a 3 años
  • Período Fetal:3 – 5 años

Ayudas: Mente Absorbente: Placenta. Períodos sensitivos: Cordón umbilical

Los órganos internos del embrión psíquico que se están formando y desarrollando son: Movimiento – Inteligencia – Voluntad – Lenguaje – Emociones

Estos cinco se van desarrollando simultáneamente y se necesitan de manera conjunta, ya que están interrelacionados.

Necesitan estar coordinados y en armonía para que nazca el embrión espiritual a los 6 años. El ser humano cargará sus órganos psíquicos para toda una vida. Ellos impactarán las 4 dimensiones del ser humano:

  • Dimensión Física (DF)
  • Dimensión Intelectual (DI)
  • Dimensión Emocional (DE)
  • Dimensión Espiritual (DE)

MOVIMIENTO

El gran trabajo del ser humano es convertir sus reflejos involuntarios en movimientos voluntarios para convertirse en dueño de su propio cuerpo al deslizarse, voltearse, gatear, reptar, sentarse, pararse y caminar. Trabaja muy fuerte e invierte gran energía en el desarrollo de su equilibrio y en la coordinación de sus movimientos musculares gruesos y finos. Todo lo que se mueve es vida: está impactado por el desarrollo neuronal y los procesos de mielinización.

Los movimientos están guiados por la voluntad y tienen un propósito inteligente. El adulto debe acompañar la existencia y el desarrollo de este ser y permitirle moverse con inteligencia dentro de límites claros y con seguridad.

Pero a nivel intelectual el infante debe entender y analizar sus movimientos ayudado por la repetición. Con ello ayuda a desarrollar su intelecto. Para moverse debe entender  o de lo contrario no lo logrará. Hay una conexión estrecha entre el movimiento, la voluntad y la inteligencia. Al poder entender y moverse, puede elegir y desarrollar la voluntad. Hay un órgano que palpita en la integración de los órganos psíquicos: es el corazón de la construcción de la personalidad.

En esta segunda gestación el comportamiento se ve impactado por el movimiento. Analizamos para movernos y se impacta también la inteligencia. Entonces empezamos a desarrollar la flexibilidad intelectual y a movernos en las ideas, pensamientos, circunstancias, situaciones y señales que nos va dando la vida. La rigidez y falta de flexibilidad mental nos desarmoniza, estos son patrones aprendidos que nos hacen sufrir.

El movimiento y los sentidos con las percepciones generan una respuesta emocional frente a las experiencias vividas en el ambiente. El ser humano aprende a moverse de una emoción a otra y aprende a entender sus emociones.

Los órganos psíquicos se redefinen durante toda la vida.

Aprendemos a movernos de una manera coordinada para ser dueños de nuestro cuerpo emocional. Es por eso que podemos basarnos en emociones reales, desapegarnos del pasado y despreocuparnos por un futuro incierto. Estar presentes en el aquí y el ahora para encontrar gozo por la vida e impactar la autoestima y la autoconfianza. Convertirnos en dueños de nuestro cuerpo emocional.

La espiritualidad es innata del cerebro humano: es el equilibrio entre mi dimensión física, intelectual y emocional. Desapegarnos del ayer para apegarnos al aquí y al ahora: ¡Eso es espiritualidad!

Para el movimiento y la espiritualidad, se necesita la mielinización espiritual y emocional. ¡Todo cambia y se transforma y ello es espiritualidad! La separación y el apego son el movimiento más difícil de lograr. Trabajo personal en el aquí: Mindfulness y Awareness.

INTELIGENCIA

Relacionada con las conexiones neuronales y con la capacidad de crear percepciones en relación con las experiencias sensoriales. Es el desarrollo de habilidades físicas, con un propósito inteligente. Está relacionada con la voluntad que nos permite movernos y acercarnos hacia lo que queremos entender: tanto a nivel físico, intelectual, emocional y espiritual.

Una actitud gozosa por parte del adulto, convertirá al niño en un ser resiliente: desarrollará la posibilidad de volverse a “dar forma” en medio de la dificultad.

Si no entendemos cómo se llaman los objetos y las acciones, no podremos tampoco identificar las emociones para saber cómo movernos, desapegarnos y seguir por la vida. Pero para expresar las emociones en pensamientos hay que entenderlas; por ello se necesita consistencia por parte del adulto. La personalidad (el corazón de los órganos psíquicos), es la integración de todos los órganos psíquicos. Son las pulsaciones lo que nos deja mover por la vida: entender, escoger y movernos. Se trata de desarrollar la capacidad de entender mis emociones y las del otro. Cuando el adulto describe sus emociones con claridad, el niño podrá identificarlas y las encarna: desarrolla su carne psíquica.

Su espiritualidad estará relacionada con el conocimiento y las creencias con que ha sido impactado, desde las experiencias vividas en el ambiente. La inteligencia nos ayuda a entender las creencias y la manera de ver al mundo, nos ayuda a estar dispuestos a movernos, para entender al mundo y lograr explorar nuestro mundo interior.

VOLUNTAD

Relacionada con el movimiento y la inteligencia. Se trata de movernos con un propósito inteligente. La voluntad nos ayuda a desarrollar las habilidades de escoger y poder elegir. Está relacionada con el equilibrio y el desarrollo del movimiento fino.

Se necesita orden y consistencia por parte del adulto, para que se integren los órganos psíquicos del movimiento, inteligencia y voluntad. Debo entender a través del intelecto para conocer las opciones y así poder escoger. Así los órganos psíquicos se convierten en la guía interna del niño. El adulto debe darle opciones al niño con límites claros para que aprenda a vivir con las consecuencias lógicas de lo que escogió y genere responsabilidad.

La voluntad nos ayuda a expresar las emociones y cómo nos sentimos cada vez que queramos. Está precedida por conocer, entender y saber nombrar las emociones. El niño absorbe de los adultos, que no son dueños de su cuerpo emocional y no tienen voluntad para controlarlas. Hay que conocer nuestras emociones para tener el valor de escoger y movernos.

La dimensión espiritual de la voluntad se relaciona con el valor que le damos a las creencias y cómo las escogemos. Los comportamientos morales los relaciona el niño y los encarna. Relacionado con los apegos y desapegos, con el autocuidado y el cuidado del otro para poder entenderlo: alteridad. Cuando elogiamos y decidimos por el niño, le estamos robando su voluntad.

Nos la pasamos en un mundo divagando sin voluntad, sin rumbo, sin un propósito inteligente, sin claridad en el horizonte hacia dónde vamos. Nos coartaron el movimiento, nos obstaculizaron la voluntad, no podemos entendernos ni entender al otro, ni comprender el mundo.

El miedo no nos deja actuar desde el AMOR: Nos paraliza, nos estanca, nos empantana

Lyda María Franky

LENGUAJE

Desde la vida intrauterina y desde que nacemos estamos impactados hacia el desarrollo del lenguaje. Succionar durante el amamantamiento ejercita los músculos faciales y organiza la dentición para el lenguaje oral. El niño ha escuchado en el útero la voz de su madre y otras más. Uno de sus periodos sensibles es la voz humana y hay un interés especial por observar el rostro humano y cómo el adulto habla el idioma de la cultura en la que le correspondió nacer. La capacidad de hablar está relacionada con las conexiones neuronales, la mielinización y los movimientos bucales.

El nivel de mielinización precisa el desarrollo del lenguaje, está ubicado en la zona de Wernike y Broca para lograr entender el lenguaje y hablarlo. Hablar y expresarnos incluye un lenguaje corporal, el habla y el lenguaje no visible. El lenguaje impacta el inconsciente, este influirá en cómo nos comunicamos y cómo nos relacionamos con el lenguaje y con el entorno.

El lenguaje se relaciona con la capacidad intelectual para entender, escoger, clasificar, identificar, analizar y expresar lo que elegimos. El lenguaje está impactado por la inteligencia para crear conceptos y enriquecer el vocabulario. El lenguaje está impactado por el ambiente, las personas y por el entorno. Todos estos elementos enriquecen el vocabulario y aumentan la capacidad de entendimiento, todo depende de un adulto responsable que hable con claridad y consistencia.

Si no me puedo mover de un pensamiento a otro, no sé nombrarlos ni hablar. El lenguaje une todos los órganos psíquicos en todos los niveles y dimensiones. El lenguaje me ayuda a reconocer cómo me siento para poder nombrarlo.

Necesito del cuerpo intelectual para poder nombrar mi cuerpo emocional. Las tendencias humanas nos permiten comunicarnos con nosotros, con el otro y con el mundo. El lenguaje impacta el desarrollo psicosomático en las cuatro dimensiones.

El embrión psíquico se ve impactado por el lenguaje; debe ser claro, preciso y ordenado. El lenguaje nos permite nombrar la visión que tenemos del mundo, expresar creencias y emociones. Es la manera de compartir nuestra espiritualidad con el otro.

EMOCIONES

Están ligadas a las señales que recibimos a través de los receptores del cuerpo. Se transmiten al cerebro a nivel fisiológico, se procesan y éstas dan respuestas emocionales de lo que se vivió con el entorno. La alegría y el dolor son procesados y algo sale como respuesta emocional. Está relacionado con la manera como percibimos el ambiente y ello impacta nuestro cuerpo emocional.

Intelectualmente se relaciona en cómo yo me entiendo y entiendo al otro: empatía. Expresamos las emociones con el lenguaje verbal y corporal. Cuando no queremos expresar lo que sentimos, el cuerpo físico habla. El patrón cultural también impacta la forma en cómo expresamos nuestras emociones. El adulto debe ofrecer un modelo sano de cómo expresar las emociones apoyándose del arte, música, baile,  sin juzgar al niño en ningún momento.

Mi manera de ver el mundo es influenciada por la manera en como yo me veo a mí mismo. Los anteojos que usaré de por vida solo los puedo cambiar a través de la conciencia y la voluntad. Los anteojos de cómo veo la vida es un proceso cuyo cambio toma tiempo, es el regalo que nos dejó el adulto. Cómo utilizo la razón y la emoción es la esencia del SER HUMANO.

La consistencia y claridad de cómo el adulto administra sus emociones va a impactar al niño de por vida. La espiritualidad está relacionada en la comunicación con nosotros mismos y nuestras creencias e impacta cómo vemos al otro y al mundo. Entender y nombrar con claridad las emociones para elaborar los procesos de apego y desapego.